Imperativos para The Hunger Project. Género.

Como parte del proceso de planeación global de The Hunger Project 2022-2027, hemos identificado 5 imperativos necesarios de considerar para lograr los objetivos de terminar con el hambre y la pobreza en el 2030.

Estos imperativos son:

  1. Seguridad alimentaria y nutrición.
  2. Género.
  3. Clima.
  4. Tecnología.
  5. Construcción de la paz.

Para alcanzar la igualdad entre mujeres y hombres se requiere reconocer e identificar aquellos dispositivos de opresión que les afectan de manera diferenciada en los distintos ámbitos de la vida de cada persona.

En el caso de mujeres indígenas y rurales, se enfrentan condiciones de exclusión y obstaculización al ejercicio de sus derechos, dentro y fuera de sus sistemas normativos, lo que en la mayoría de las veces invalida su voz y las dejan fuera de la toma de decisiones tanto en el ámbito privado como en el público.

Para The Hunger Project, uno de los pilares de nuestro trabajo es el fortalecimiento del liderazgo de las mujeres rurales e indígenas como agentes clave de cambio. El que las mujeres se asuman como lideresas que pueden generar cambios para ellas, sus familias y comunidades es un proceso que implica:

  1. Transformaciones y rompimientos a nivel individual y colectivo que promuevan y fortalezcan la autonomía económica, física y para la toma de decisiones.
  2. Generar espacios habilitantes, sostenibles y seguros en el ámbito familiar, comunitario, municipal, estatal y nacional que fomenten, acompañen y garanticen que las mujeres ejerzan ese liderazgo transformativo.

Por ello, declaramos que el imperativo de género busca fomentar la participación social, política y ciudadana de las mujeres indígenas y rurales en situación de extrema pobreza y alta marginación, a través del reconocimiento de la autonomía corporal, económica y territorial.

Cabe destacar que las acciones y estrategias que hemos generado para mantener al centro lo que declaramos como imperativo, solo será posible si existe un rompimiento de las estructuras mentales de todas las personas. Este rompimiento es el “despertar constante” a reconocer aquellas dinámicas y estructuras de poder externas e internas que limitan o demeritan el rol que juegan las mujeres  (aún más en contextos rurales e indígenas).

El que las mujeres fortalezcan habilidades, conocimientos, y cuenten con herramientas que les permitan tomar decisiones pensando en lo individual y en lo colectivo es muy relevante. Sin embargo, si no existen espacios para continuar trabajando en el auto reconocimiento y auto percepción de todo el potencial con el que se cuenta (más allá del SABER, sino del SER) en un contexto donde continuamente se les dice que no pueden, no son capaces, son tontas, no saben hablar, no saben decidir, ninguna estrategia podrá ser sostenible.