Dos mil veintidós, 25 de noviembre. Un año más que conmemoramos el Día Internacional para la Erradicación de la Violencia contra las Mujeres; un año más en el que The Hunger Project se suma y compromete en la erradicación de las violencias -así en plural-, que afectan a miles de mujeres y niñas en todo el mundo.
Las violencias machistas, de la mano de las violencias estructurales, se resisten a desaparecer, habitan entre la violación de los derechos humanos que tiene su origen en la desigualdad de género, la pobreza, los bajos niveles de empleo y educación, altas tasas de violencia y delincuencia, entre otros factores. La Organización Mundial de la Salud, en su documento RESPETO a las mujeres: Prevención de la violencia contra las mujeres, señala que, hasta el 2019, casi 1 de cada 3 mujeres en todo el mundo (el 35%) ha sufrido violencia física y/o sexual por parte de su pareja o bien violencia sexual infligida por otra persona, sin incluir el acoso sexual.
Sin embargo, RESPETO también enfatiza que las emergencias humanitarias pueden exacerbar la violencia existente y conducir a formas adicionales de violencia contra las mujeres y las niñas. Indudablemente la reciente pandemia fue un factor para que, de acuerdo con datos de ONU Mujeres, 2 de cada 3 mujeres hayan padecido alguna forma de violencia o conocido a alguna mujer que la sufría; aunado a que las probabilidades de enfrentarse a situaciones de pobreza y escasez de alimentos aumentaron.
Otra de las violencias que enfrentan las mujeres, niñas y adolescentes son los matrimonios y uniones infantiles, tempranas y forzadas (MUITF), Girls not Brides informó que el 26% de las mujeres en México están casadas o unidas antes de los 18 años y el 4% antes de cumplir los 15 años. México es el octavo país del mundo con mayor número absoluto de mujeres casadas o unidas antes de los 18 años; esto es, 1,420,000.
Los matrimonios y uniones infantiles, tempranas y forzadas están impulsados por la desigualdad de género, así como por otros factores estructurales como, la pobreza, falta de acceso a educación de calidad, desplazamientos forzados, por mencionar algunos. Las niñas son especialmente vulnerables y con frecuencia, su educación se trunca por temas de género, entre ellas, las niñas que habitan los pueblos y comunidades indígenas y afromexicanos.
Como ya se ha mencionado, para The Hunger Project es claro que cuando las mujeres y niñas tienen acceso a la educación de calidad, les es posible construir un futuro digno y sostenible para ellas y sus comunidades. Por ello, durante este año iniciamos uno de los proyectos más desafiantes para la organización: #EllasDeciden/Espacios seguros para niñas y adolescentes.
Este proyecto tiene el objetivo de impulsar a las niñas y adolescentes para que puedan construir un futuro en el que ellas sean las que tomen las decisiones de sus propias vidas, cobijadas por sus familias y comunidades en espacios libres de violencia, al mismo tiempo que se convierten en movilizadoras para las futuras generaciones.
Además, trabajamos en incidir en las estrategias que buscan terminar con la discriminación de género, promover la igualdad y hacer énfasis en la educación y empoderamiento de mujeres y niñas. Con el proyecto Lideresas Indígenas para la recuperación del COVID 19 (2021- 2022), financiado por la Cooperación Alemana para el Desarrollo Sustentables (GIZ), nos enfocamos en detonar el liderazgo local e impulsar las economías locales, con la finalidad de disminuir los factores de riesgo que son caldo de cultivo para la violencia contra las mujeres.
Este 25 de noviembre iniciamos una vez más 16 días de activismo en contra de la violencia de género, sin olvidar que la lucha para la erradicación de la violencia contra las mujeres es una lucha permanente, de la mano de aliadas, aliados, socias, socios y redes colectivas.
Comparte, difunde y suma a más personas a esta lucha.
Yareli Hernández Blas, Coordinadora de Género e Interculturalidad.