Día de los Derechos Humanos: ¿un día para celebrar o un día para reflexionar?

Cada año, el 10 de diciembre se celebra el Día de los Derechos Humanos, como una manera de conmemorar la adopción, por parte de la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1948, de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.

Este documento marcó un hito en la historia, al ser la primera declaración oficial que alude a los derechos universales e inalienables que corresponden a cada ser humano, independientemente de su raza, color, religión, sexo, género, idioma, opinión política o cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición.

Para 2022, la Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas llevará a cabo una campaña de un año de duración con el objetivo de fomentar y reconocer de manera amplia la Declaración Universal de Derechos Humanos, así como el activismo en tres aspectos: educación, promoción de un cambio de actitud, y empoderamiento y movilización.

Para THP-México, esta fecha es relevante porque estamos convencidas que las poblaciones con las que trabajamos que viven en situación de hambre y pobreza extrema, están viendo vulnerados sus derechos básicos. La pobreza es una negación sistémicas de sus derechos. Quienes padecen hambre, no ven cumplido su derecho a no padecer hambre y a una alimentación adecuada.

Esta fecha nos permite hacer evidente la relevancia de este marco en el trabajo cotidiano de todos los actores presentes en el desarrollo, particularmente en lo local.

La Declaración Universal de los Derechos Humanos y la conmemoración del 10 de diciembre permite hacer una invitación a la reflexión de nuestras acciones diarias, y de esa manera guiar nuestras acciones colectivas. Se sabe sobre los retos que prevalecen sobre el reconocimiento y respeto a los derechos humanos, en particular en contextos de violencia, discriminación y creciente desigualdad. 

En un mundo diverso, en donde están presentes diferencias colectivas, encontramos que cada ser humano, en su individualidad, es único e irrepetible, y tiene la libertad de formar una identidad propia. A pesar de ello, muchas veces la sociedad limita al ser humano, haciéndolo percibir a la diferencia como una amenaza.

Si vivimos en un mundo compuesto por diferencias, ¿por qué les tenemos tanto miedo? El ser humano por naturaleza tiende a sentir desconfianza hacia lo nuevo, aunque en realidad el ser humano disfraza las barreras de la exclusión con miedo. Para alcanzar un estado de desarrollo y paz, es necesario pensar y trabajar para terminar con las diferencias que perpetúan las desigualdad. Un acercamiento, es el de la otredad.

La Otredad en el discurso moderno dice que uno es, porque el otro no. Marcamos la diferencia en la otredad para identificarnos a nosotros mismos, pero es en esa otredad en donde basamos nuestros prejuicios, mismos que imposibilitan avanzar como sociedad. También, puede ser entendida desde dos puntos de vista diferentes: en un sentido positivo e inclusivo, o como una barrera limitante y la principal fuente de discriminación y exclusión.

El Día de los Derechos Humanos es una oportunidad para reflexionar y modificar el concepto que se tiene de las y los otros a nivel mundial, mediante un discurso inclusivo y positivo.

En el marco del 75 aniversario de la Declaración Universal de Derechos Humanos y el Día Internacional de los Derechos Humanos, es relevante reflexionar y tomar acción. El ejercicio de los derechos humanos como atribución de los Estados, debería ser un movilizador de la participación ciudadana, una que exija que sus derechos sean cumplimentados cabalmente.