El Movement for Community-led Development (MCLD) ha desarrollado una relación muy cercana con la Agencia para el Desarrollo Internacional (USAID), en el marco de la investigación colaborativa global que lleva a cabo el MCDL.
Recientemente, USAID lanzó su Política de Desarrollo de Capacidades Locales, se abrió la oportunidad de brindar insumos que garanticen la consideración de la mirada y experiencia de organizaciones que trabajan con base en el desarrollo liderado por las comunidades con perspectiva de género (DLC-PG). Compartimos la opinión de John Coonrod, Vicepresidente de The Hunger Project, y de Gunjan Veda, Asesora Senior y Líder de la Investigación Colaborativa global sobre el impacto del DLC-PG.
Opinión: Mientras USAID se adapta, aseguremos que local signifique local.
En diciembre, semanas después de que Samantha Power, Administradora de USAID, anunciara su nueva visión para desarrollo global, la Agencia para el Desarrollo Internacional de los Estados Unidos publicó un nuevo borrador sobre su política de Desarrollo de Capacidades Locales. Esta política representa un mayor cambio de mentalidad en como los planes de USAID ayudan al fortalecimiento de las capacidades locales para alcanzar metas locales.
Es un esfuerzo bienvenido; sin embargo, se debe de hacer mucho para asegurar que esta política se traduzca en un cambio significativo. Después de que USAID publicara su política, el Movimiento para el Desarrollo Liderado por las Comunidades, MCLD por sus siglas en inglés, una red global de 75 ONGs internacionales y 1,500 organizaciones locales, organizaron una consulta al respecto.
Participantes de organizaciones de todos tamaños en más de 35 países aprobaron ampliamente la dirección de la política, particularmente en torno al reconocimiento de las capacidades locales existentes y el distanciamiento de los programas tradicionales de “construcción” de capacidades a corto plazo. Aunque muchos mostraron su preocupación sobre la habilidad de USAID para lograr este profundo cambio de mentalidad.
Aquí hay algunas recomendaciones clave de la consulta, organizada a partir de los principios que establece el documento de la política.
Principio 1: Comenzar con el sistema local. Hay un sistema existente en cada país que las personas buscan fortalecer. Por lo tanto, el MCLD y sus participantes prefieren ampliamente el título “fortalecimiento de capacidades” en lugar de “desarrollo de capacidades.”
De hecho, cada país ya cuenta con organizaciones que trabajan en el fortalecimiento de capacidades, mismas que deben de ser identificadas y apoyadas. Esta política debería de establecer un principio de “primero lo local” para determinar quién debe de hacer el trabajo de fortalecimiento de capacidades.
Además, la política debe de clarificar lo que quiere decir “local”. Impulsamos a USAID a proveer una guía clara sobre cómo llevar a cabo un análisis sistémico desde el inicio, basado en el principio de subsidiariedad – reconociendo que la capacidad institucional más cercana a las personas juega el rol más importante para enfrentar los desafíos del desarrollo.
“Cuando existe una verdadera apropiación local del fortalecimiento de la capacidad, los grupos locales deben de estar en el asiento del conductor – punto final.”
Principio 2: Desarrollar diferentes capacidades a través de diferentes acercamientos. Aplaudimos la distinción de que un tamaño encaja para todo hacia un enfoque personalizado, incluyente con todas las voces y sabiduría locales relevantes, y que reconoce los diferentes tipos de capacidades que puedan llegar a ser necesitados. El reconocimiento de la capacidad relacional en la política actual es un gran paso hacia adelante. La creación y apoyo de plataformas sostenidas para la interacción y el compromiso, en donde diversos grupos e instituciones puedan crear sinergias de sus visiones colectivas, capacidades y acciones, contribuiría en gran medida al fortalecimiento de las relaciones y a la alineación de capacidades existentes que suelen estar fragmentadas en un sistema local.
Principio 3: Alinear la capacidad de desarrollo con las prioridades locales. Esto sería un gran cambio con respecto al enfoque pasado de USAID sobre la construcción de capacidades para el cumplimiento de las regulaciones de USAID. Sin embargo, a pesar de que la aplicación de lentes programáticos al desarrollo de capacidades es fundamental, las prioridades locales seguirán siendo agobiantes si USAID no hace algo para reducir la carga de sus requisitos notoriamente rígidos. La política podría exigir la creación de sistemas de línea simplificados y fáciles de usar para las personas usuarias, lo cual permitiría que incluso la organización más chica pudiera cumplir con los requisitos y definir sus propios objetivos de fortalecimiento de capacidades.
Principio 4: Apreciar y construir las capacidades existentes. Sin duda, este debería de ascender a ser el primer principio de la política. Líderes de comunidades han demostrado su fortaleza durante el Covid-19 y están muy conscientes de las áreas en las cuales les gustaría ser más efectivos. Este principio podría fortalecerse a través de un reconocimiento explícito de poder, promesa y potencial que existe en cada comunidad. Esta política utiliza terminología basada en activos; sin embargo, hay una diferencia entre decir que vamos a construir sobre capacidades existentes y explícitamente decir: Sabemos que existen capacidades dentro de cada comunidad. Vamos a apoyar a las comunidades a que las fortalezcan.
Principio 5: Tener en cuenta y mitigar las consecuencias no deseadas de nuestro desarrollo de capacidades. USAID tiene prioridades vinculadas al financiamiento, y por consiguiente se distorsiona inevitablemente las prioridades locales. Su análisis sistémico debe de clarificar los cambios profundos que las comunidades de base buscan lograr y alinear su poder con caminos no violentos hacia dicho cambio. La política necesita abordar explícitamente el género y otros sistemas de desigualdad en donde las dinámicas de poder fungen como barreras para garantizar que las comunidades estén en el asiento del conductor.
Principio 6: Practicar la mutualidad con los grupos locales. Este principio causó la mayor confusión. ¿Qué significa “mutualidad” entre actores de una comunidad y un financiador bilateral más grande? Ciertamente la llamada al respeto y aprendizaje mutuo hace sentido, pero cuando existe una verdadera apropiación local del fortalecimiento de capacidades, los grupos locales deben de estar en el asiento del conductor – punto final.
Así, una manera clara de demostrar respeto mutuo es relativamente fácil de implementar – USAID trabaja en muchas áreas en donde el inglés no es el idioma oficial. Un primer paso crítico cuando la política esté terminada, será asegurar su disponibilidad en todos los idiomas principales. Adicionalmente, recomendamos asegurar que los próximos borradores de políticas estén disponibles para comentarios en múltiples idiomas.
Principio 7: Medir la mejora de actuación en colaboración con grupos locales. El monitoreo participativo, la evaluación y el aprendizaje son herramientas muy poderosas para cambios sistémicos. La Administradora Power ha declarado que “para el final de la década, el 50% de nuestros programas … van a necesitar colocar a comunidades locales a la cabeza, ya sea para diseñar co-diseñar un proyecto, establecer prioridades, impulsar la implementación o evaluar el impacto de nuestros programas.”
Necesitamos eliminar la palabra “ya sea” – la propiedad comunitaria se beneficia más cuando las comunidades lideran en cada uno de los pasos. Cuando esto ocurra, USAID habría pasado con éxito de desempeñar un papel “directivo” a ser un catalizador para el desarrollo liderado localmente.
Hacerlo real.
Este borrador de política hace referencia a una serie de procesos internos de USAID necesarios para la implementación, pero las oficinas locales pueden ahora comenzar a buscar regularmente aportes por parte de grupos locales de mujeres, jóvenes, personas con discapacidades, y otros grupos históricamente marginados, así como en la nueva Estrategia Nacional sobre Igualdad y Equidad de Género. Estos grupos conocen los retos a los que se enfrentan y tienen ideas muy claras sobre cómo resolverlos. Sabrán qué capacidades adicionales, de haberlas, serían necesarias para lograrlo.
Texto traducido por THP-México. Puedes consultar el original en Devex.