Por: Diana Degadillo Ramírez y Sofía de Fernex 21/ Febrero/ 2023, 9:00 am
Las lenguas, además de ser un medio de comunicación, implican un sentido de identidad, integración, diversidad, conocimiento, educación, memoria, tradición, expresión y desarrollo para las personas en todo el mundo. La lengua puede ser entendida como una especie de piel, pues permite que, como seres humanos, encontremos en ella un sentido de pertenencia, confianza, seguridad; sin embargo, los riesgos de desaparición y amenazas a la diversidad cultural, son cada vez más grandes. La existencia de sistemas y estructuras de poder que imponen una lengua sobre otra, han reducido los espacios de protección a otras lenguas y sus cosmovisiones.
El Día Internacional de la Lengua Materna, celebrado anualmente el 21 de febrero, fue proclamado en 1999 por la Conferencia General de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO, por sus siglas en inglés). Parte del entendimiento de que los idiomas tienen un papel vital en el desarrollo, pues permiten garantizar la diversidad y diálogo intercultural, fortalecer la cooperación, proveer una educación de calidad para todos, construir sociedades justas e igualitarias, y por supuesto preservar el patrimonio cultural.
Hoy en día, existen aproximadamente 6,000 lenguas en todo el mundo, de las cuales aproximadamente 43% están en riesgo de extinguirse. Según la UNESCO, “cada dos semanas, en promedio, una lengua desaparece, llevándose todo un patrimonio cultural e intelectual.” UNESCO, 2023).
Para el caso de nuestro país, la tendencia no es diferente. México cuenta con 69 lenguas nacionales -68 indígenas y el español-. Dentro de la población mexicana, más de 25 millones de mexicanos se reconocen como indígenas, y de ellos, son casi 7 millones de hablantes de alguna lengua indígena. A pesar de que el español no es la lengua oficial, la mayor parte de las comunicaciones del gobierno, los trámites, la información oficial se encuentra disponible, mayoritariamente, en ese idioma. Esto tiene consecuencias negativas en el acceso a oportunidades para la población que no habla español.
De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas, 40% de la población mundial no tiene acceso a una educación en una lengua que hable o entienda. Ello implica una doble discriminación, pues impide que las personas ejerzan su derecho a que su cultura sea respetada, además de que su derecho a la educación, se ve coartado. Estas prácticas discriminatorias hacia quienes hablan alguna lengua indígena, han desincentivando enseñar y usar esos idiomas desde hace décadas.
Este tipo de prácticas separa en lugar de unir, pues las lenguas no son vistas como una fuente de riqueza cultural, una oportunidad de intercambio y conocimiento, sino como un elemento que termina por dejar a las personas atrás.
Para este 2022, el Día Internacional de la Lengua Materna tiene como tema “Educación Multilingüe, la necesidad para transformar la educación”. Es una oportunidad para reflexionar sobre cómo los sistemas educativos son un medio para garantizar modelos de organización donde todas las personas estén consideradas, tomando en cuenta su lengua y cultura.
Y si bien la educación juega un papel fundamental en la preservación de las lenguas, también es importante señalar que cuando una persona no es escuchada en su lengua materna, sus posibilidades para aprender, para participar y ejercer sus derechos, se mantienen prácticamente nulas. Como lo marca la agenda internacional, para no dejar a nadie atrás, se necesita que todas las voces (y todas las lenguas) tengan cabida. Hoy, tenemos la oportunidad de detenernos a reflexionar sobre ello.
Por: Diana Degadillo Ramírez y Sofía de Fernex
21/ Febrero/ 2023, 9:00 am
Las lenguas, además de ser un medio de comunicación, implican un sentido de identidad, integración, diversidad, conocimiento, educación, memoria, tradición, expresión y desarrollo para las personas en todo el mundo. La lengua puede ser entendida como una especie de piel, pues permite que, como seres humanos, encontremos en ella un sentido de pertenencia, confianza, seguridad; sin embargo, los riesgos de desaparición y amenazas a la diversidad cultural, son cada vez más grandes. La existencia de sistemas y estructuras de poder que imponen una lengua sobre otra, han reducido los espacios de protección a otras lenguas y sus cosmovisiones.
El Día Internacional de la Lengua Materna, celebrado anualmente el 21 de febrero, fue proclamado en 1999 por la Conferencia General de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO, por sus siglas en inglés). Parte del entendimiento de que los idiomas tienen un papel vital en el desarrollo, pues permiten garantizar la diversidad y diálogo intercultural, fortalecer la cooperación, proveer una educación de calidad para todos, construir sociedades justas e igualitarias, y por supuesto preservar el patrimonio cultural.
Hoy en día, existen aproximadamente 6,000 lenguas en todo el mundo, de las cuales aproximadamente 43% están en riesgo de extinguirse. Según la UNESCO, “cada dos semanas, en promedio, una lengua desaparece, llevándose todo un patrimonio cultural e intelectual.” UNESCO, 2023).
Para el caso de nuestro país, la tendencia no es diferente. México cuenta con 69 lenguas nacionales -68 indígenas y el español-. Dentro de la población mexicana, más de 25 millones de mexicanos se reconocen como indígenas, y de ellos, son casi 7 millones de hablantes de alguna lengua indígena. A pesar de que el español no es la lengua oficial, la mayor parte de las comunicaciones del gobierno, los trámites, la información oficial se encuentra disponible, mayoritariamente, en ese idioma. Esto tiene consecuencias negativas en el acceso a oportunidades para la población que no habla español.
De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas, 40% de la población mundial no tiene acceso a una educación en una lengua que hable o entienda. Ello implica una doble discriminación, pues impide que las personas ejerzan su derecho a que su cultura sea respetada, además de que su derecho a la educación, se ve coartado. Estas prácticas discriminatorias hacia quienes hablan alguna lengua indígena, han desincentivando enseñar y usar esos idiomas desde hace décadas.
Este tipo de prácticas separa en lugar de unir, pues las lenguas no son vistas como una fuente de riqueza cultural, una oportunidad de intercambio y conocimiento, sino como un elemento que termina por dejar a las personas atrás.
Para este 2022, el Día Internacional de la Lengua Materna tiene como tema “Educación Multilingüe, la necesidad para transformar la educación”. Es una oportunidad para reflexionar sobre cómo los sistemas educativos son un medio para garantizar modelos de organización donde todas las personas estén consideradas, tomando en cuenta su lengua y cultura.
Y si bien la educación juega un papel fundamental en la preservación de las lenguas, también es importante señalar que cuando una persona no es escuchada en su lengua materna, sus posibilidades para aprender, para participar y ejercer sus derechos, se mantienen prácticamente nulas. Como lo marca la agenda internacional, para no dejar a nadie atrás, se necesita que todas las voces (y todas las lenguas) tengan cabida. Hoy, tenemos la oportunidad de detenernos a reflexionar sobre ello.
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