Este 1 de diciembre tomó posesión como Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador. Durante toda la jornada, fue posible ver diversas manifestaciones espontáneas de apoyo; en muchos sentidos, se refrendaron los más de 30 millones de votos con los que ganó la elección.
Al igual que muchos sectores del país, en The Hunger Project México celebramos que esta administración arranca con un nivel de legitimidad sumamente amplio, porque eso será clave para impulsar el cambio y las transformaciones que vemos necesarias para tener un México en el que todas las personas vivan en comunidades autosuficientes. Esta es nuestra apuesta.

Comunidades autosuficientes
Son aquellas comunidades resilientes y que están organizadas y tienen una visión compartida, liderazgo transformativo e igualdad, que se manifiestan en su calidad de vida, ciudadanía activa, economía vibrante y solidaria y gobernanza.
Las y los mexicanos tenemos altas expectativas, como por ejemplo el 70% espera que la economía mejore y se combata la pobreza.
En los 100 puntos enunciados por el Presidente López Obrador en su discurso en el Zócalo, vemos la posibilidad de comenzar a reducir las brechas de desigualdad que afectan al país. Su primera mención fue a los pueblos originarios, quienes mayoritariamente viven con mayores carencias económicas, alimentarias y de derechos en general.
Creemos oportuno y como parte del arranque de la 4T, puntualizar en algunos de los 100 compromisos hechos por el mandatario, a fin de acompañar, reconocer y dar seguimiento en cuanto su enfoque y avance.
En su punto 19, en el que se habla de transferencias económicas para la siembra de alimentos para pequeños productores del campo, ejidatarios, comuneros o pequeños productores, coincidimos en la necesidad de potenciar este sector. Sin embargo, vemos relevante señalar la necesidad de que no sean apoyos de tipo asistencial, sino organizativos, participativos y productivos, y siempre considerando la visión y el protagonismo de las propias comunidades.
Lo mismo, considerando la entrega de fertilizantes; es relevante el que los programas enfocados en la producción de alimentos sean apoyados, siempre que se consideren también los conocimientos locales tradicionales y que se preserve el medio ambiente y la biodiversidad a través de producción sostenible de alimentos y la resiliencia en los medios de vida.
Otro de los puntos que identificamos como clave en el discurso fueron los relacionados con la prohibición a los transgénicos, donde la dimensión ambiental y el impacto social son clave en la búsqueda de la soberanía alimentaria en territorio.
Así mismo en el tema del fracking, podrá ser un ejemplo tangible para transformar la relación de los megaproyectos con la defensa del territorio.
Uno de los más grandes aciertos que consideramos relevantes mencionar, es la creación de Seguridad Alimentaria Mexicana (SEGALMEX), mencionada en el punto 24.
Para THP-México, el compromiso de combatir el hambre y la desnutrición tiene que ser elevado a una verdadera crisis de derechos. El hambre en México no es por falta de alimentos, si no por falta de democracia.
Nuestro país tiene el compromiso de alcanzar el #HambreCero del Objetivos de Desarrollo Sostenible 2, de la Agenda 2030 y que poco se ha mencionado en el discurso, hasta ahora.
Por último, para THP-México es central el no quedarnos en la punta del iceberg y las manifestaciones visibles de problemáticas que vulneran la dignidad de las personas y derechos humanos. Es por ello que celebramos el foco puesto en proyectos de infraestructura para el sureste mexicano. Sin embargo, queremos reiterar que esos megaproyectos deben construirse y ejecutarse con la participación libre e informada de las comunidades originarias y aquellas que tendrán alguna afectación. Estamos en la gran oportunidad de reconocer y hacer valer la vida en territorio, asumiendo la diversidad y pluralidad de las estrategias y conjugarlas con la gobernanza y la autonomía de las comunidades.
Es urgente que la denominación de “los pobres” quedé atrás, con el fin de lograr aproximarnos a la raíz del problema de la pobreza en nuestro país. Deconstruir concepciones y lenguajes que nos han llevado a soluciones superficiales y asistenciales. Acompañar a que en este momento histórico, social, político y económico, sea abordado desde la concepción del desarrollo sostenible, donde éste es liderado por las comunidades con perspectiva de género.
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Este 1 de diciembre tomó posesión como Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador. Durante toda la jornada, fue posible ver diversas manifestaciones espontáneas de apoyo; en muchos sentidos, se refrendaron los más de 30 millones de votos con los que ganó la elección.
Al igual que muchos sectores del país, en The Hunger Project México celebramos que esta administración arranca con un nivel de legitimidad sumamente amplio, porque eso será clave para impulsar el cambio y las transformaciones que vemos necesarias para tener un México en el que todas las personas vivan en comunidades autosuficientes. Esta es nuestra apuesta.
Las y los mexicanos tenemos altas expectativas, como por ejemplo el 70% espera que la economía mejore y se combata la pobreza.
En los 100 puntos enunciados por el Presidente López Obrador en su discurso en el Zócalo, vemos la posibilidad de comenzar a reducir las brechas de desigualdad que afectan al país. Su primera mención fue a los pueblos originarios, quienes mayoritariamente viven con mayores carencias económicas, alimentarias y de derechos en general.
Creemos oportuno y como parte del arranque de la 4T, puntualizar en algunos de los 100 compromisos hechos por el mandatario, a fin de acompañar, reconocer y dar seguimiento en cuanto su enfoque y avance.
En su punto 19, en el que se habla de transferencias económicas para la siembra de alimentos para pequeños productores del campo, ejidatarios, comuneros o pequeños productores, coincidimos en la necesidad de potenciar este sector. Sin embargo, vemos relevante señalar la necesidad de que no sean apoyos de tipo asistencial, sino organizativos, participativos y productivos, y siempre considerando la visión y el protagonismo de las propias comunidades.
Lo mismo, considerando la entrega de fertilizantes; es relevante el que los programas enfocados en la producción de alimentos sean apoyados, siempre que se consideren también los conocimientos locales tradicionales y que se preserve el medio ambiente y la biodiversidad a través de producción sostenible de alimentos y la resiliencia en los medios de vida.
Otro de los puntos que identificamos como clave en el discurso fueron los relacionados con la prohibición a los transgénicos, donde la dimensión ambiental y el impacto social son clave en la búsqueda de la soberanía alimentaria en territorio.
Así mismo en el tema del fracking, podrá ser un ejemplo tangible para transformar la relación de los megaproyectos con la defensa del territorio.
Uno de los más grandes aciertos que consideramos relevantes mencionar, es la creación de Seguridad Alimentaria Mexicana (SEGALMEX), mencionada en el punto 24.
Nuestro país tiene el compromiso de alcanzar el #HambreCero del Objetivos de Desarrollo Sostenible 2, de la Agenda 2030 y que poco se ha mencionado en el discurso, hasta ahora.
Por último, para THP-México es central el no quedarnos en la punta del iceberg y las manifestaciones visibles de problemáticas que vulneran la dignidad de las personas y derechos humanos. Es por ello que celebramos el foco puesto en proyectos de infraestructura para el sureste mexicano. Sin embargo, queremos reiterar que esos megaproyectos deben construirse y ejecutarse con la participación libre e informada de las comunidades originarias y aquellas que tendrán alguna afectación. Estamos en la gran oportunidad de reconocer y hacer valer la vida en territorio, asumiendo la diversidad y pluralidad de las estrategias y conjugarlas con la gobernanza y la autonomía de las comunidades.
Es urgente que la denominación de “los pobres” quedé atrás, con el fin de lograr aproximarnos a la raíz del problema de la pobreza en nuestro país. Deconstruir concepciones y lenguajes que nos han llevado a soluciones superficiales y asistenciales. Acompañar a que en este momento histórico, social, político y económico, sea abordado desde la concepción del desarrollo sostenible, donde éste es liderado por las comunidades con perspectiva de género.
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