Desde 1993, la Asamblea General de las Naciones Unidas definió al 17 de octubre como el día Internacional para la erradicación de la pobreza. Ésta fue una forma de reconocer que la pobreza constituye una violación grave a los derechos humanos de las personas.
En el contexto internacional, uno de los principios de la Agenda 2030 es “no dejar a nadie atrás”, y esto se refleja en el lema de la conmemoración: “Unirse con los más excluidos para construir un mundo donde los derechos humanos y la dignidad sean universalmente respetados.”
En la Agenda 2030, en el ODS 1, se establece el Fin de la pobreza en todas sus formas en el mundo. “En un mundo caracterizado por un nivel sin precedentes de desarrollo económico, medios tecnológicos y recursos financieros, es un escándalo moral que millones de personas vivan en la extrema pobreza”. Esto afirmación establecida en el prefacio de los Principios Rectores sobre la Extrema Pobreza y los Derechos Humanos, refleja la magnitud del compromiso que tenemos pendiente como sociedad, para terminar con la situación de pobreza que afecta a más de 800 millones de personas en el mundo.

En México tenemos una situación similar. De acuerdo con el Consejo Nacional de Evaluación de la Política Social (CONEVAL), existen 53.4 millones de personas que viven en pobreza; 9.4 millones están en pobreza extrema. A pesar de que el número de personas que viven en pobreza extrema disminuyó, la proporción de quienes experimentan algún grado de pobreza, aumentó. A nivel nacional, en 2008 había 49.5 millones de personas en situación de pobreza (44.4% del total de la población), mientras que, en 2016, se registraron 53.4 millones de personas, es decir 43.6% de la población nacional. Sobre la pobreza extrema, se encontró una disminución en el mismo periodo, al pasar de 11 a 7.6 por ciento de la población, es decir 2.9 millones de personas menos, con un total de 9.4 millones de personas en situación de pobreza extrema.
La pobreza es más que la falta de recursos suficientes para satisfacer necesidades básicas. Se trata de una de las manifestaciones más cruentas de las desigualdades en el mundo, pero es sólo un síntoma de problemáticas más profundas.
Desde la mirada de THP-México, existe un nivel más profundo en el que las estructuras sociales habilitan la existencia de desigualdad, corrupción o relaciones patriarcales. Y aún más, lo que está detrás son las causas raíz, que se refiere a estructuras mentales, a la resignación a ser pobres y la naturalización de esas estructuras de poder y desigualdad.
Este entendimiento refleja entonces que la pobreza, como fenómeno multidimensional, limita a las personas en el desarrollo de sus capacidades y de detonar su potencial, que puedan ejercer de forma plena sus derechos civiles, políticas, económicos, sociales y culturales.

Con esta fecha, y después de haber compartido nuestras reflexiones sobre el Día Internacional de la Mujer Rural y el Día Mundial de la Alimentación, en The Hunger Project México, vemos cómo estas dinámicas están íntimamente relacionadas. Por un lado, el 70% de las personas que padecen pobreza viven en zonas rurales, quienes dependen de la agricultura, la pesca o la silvicultura. Esta es una contradicción, porque son quienes producen la mayor parte de los alimentos en el mundo, pero quienes tienen menores ingresos por su trabajo y además, padecen situaciones de hambre. De esa población, el 40% son mujeres, quienes por las estructuras de inequidad de género, son quienes menos ingresos tienen y quienes menos posibilidades tienen de detonar su potencial, por no tener acceso a oportunidades que terminen con esa situación.
Estas problemáticas son las que motivan el trabajo cotidiano en The Hunger Project México. Te invitamos a conocer más de nuestros programas y a que te sumes, para que tú también formes parte de la generación que puede terminar con el hambre y la pobreza en 2030.
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Desde 1993, la Asamblea General de las Naciones Unidas definió al 17 de octubre como el día Internacional para la erradicación de la pobreza. Ésta fue una forma de reconocer que la pobreza constituye una violación grave a los derechos humanos de las personas.
En el contexto internacional, uno de los principios de la Agenda 2030 es “no dejar a nadie atrás”, y esto se refleja en el lema de la conmemoración: “Unirse con los más excluidos para construir un mundo donde los derechos humanos y la dignidad sean universalmente respetados.”
En la Agenda 2030, en el ODS 1, se establece el Fin de la pobreza en todas sus formas en el mundo. “En un mundo caracterizado por un nivel sin precedentes de desarrollo económico, medios tecnológicos y recursos financieros, es un escándalo moral que millones de personas vivan en la extrema pobreza”. Esto afirmación establecida en el prefacio de los Principios Rectores sobre la Extrema Pobreza y los Derechos Humanos, refleja la magnitud del compromiso que tenemos pendiente como sociedad, para terminar con la situación de pobreza que afecta a más de 800 millones de personas en el mundo.
En México tenemos una situación similar. De acuerdo con el Consejo Nacional de Evaluación de la Política Social (CONEVAL), existen 53.4 millones de personas que viven en pobreza; 9.4 millones están en pobreza extrema. A pesar de que el número de personas que viven en pobreza extrema disminuyó, la proporción de quienes experimentan algún grado de pobreza, aumentó. A nivel nacional, en 2008 había 49.5 millones de personas en situación de pobreza (44.4% del total de la población), mientras que, en 2016, se registraron 53.4 millones de personas, es decir 43.6% de la población nacional. Sobre la pobreza extrema, se encontró una disminución en el mismo periodo, al pasar de 11 a 7.6 por ciento de la población, es decir 2.9 millones de personas menos, con un total de 9.4 millones de personas en situación de pobreza extrema.
Desde la mirada de THP-México, existe un nivel más profundo en el que las estructuras sociales habilitan la existencia de desigualdad, corrupción o relaciones patriarcales. Y aún más, lo que está detrás son las causas raíz, que se refiere a estructuras mentales, a la resignación a ser pobres y la naturalización de esas estructuras de poder y desigualdad.
Este entendimiento refleja entonces que la pobreza, como fenómeno multidimensional, limita a las personas en el desarrollo de sus capacidades y de detonar su potencial, que puedan ejercer de forma plena sus derechos civiles, políticas, económicos, sociales y culturales.
Con esta fecha, y después de haber compartido nuestras reflexiones sobre el Día Internacional de la Mujer Rural y el Día Mundial de la Alimentación, en The Hunger Project México, vemos cómo estas dinámicas están íntimamente relacionadas. Por un lado, el 70% de las personas que padecen pobreza viven en zonas rurales, quienes dependen de la agricultura, la pesca o la silvicultura. Esta es una contradicción, porque son quienes producen la mayor parte de los alimentos en el mundo, pero quienes tienen menores ingresos por su trabajo y además, padecen situaciones de hambre. De esa población, el 40% son mujeres, quienes por las estructuras de inequidad de género, son quienes menos ingresos tienen y quienes menos posibilidades tienen de detonar su potencial, por no tener acceso a oportunidades que terminen con esa situación.
Estas problemáticas son las que motivan el trabajo cotidiano en The Hunger Project México. Te invitamos a conocer más de nuestros programas y a que te sumes, para que tú también formes parte de la generación que puede terminar con el hambre y la pobreza en 2030.
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