Socia THP-México, que se dedica a la agricultura de pequeña escala, trabaja en su huerto en San Luis Potosí.
El Objetivo de Desarrollo Sostenible Número 2 (ODS #2) define como metas acabar con el hambre, logrando seguridad alimentaria, mejorando la nutrición y la promoción de la agricultura sostenible.
Éste objetivo, o más bien objetivos, son verdaderos desafíos, especialmente cuando se toma en cuenta el poco tiempo que falta para llegar al 2030, que es el plazo para lograrlos. Entonces, ¿Qué hace falta para acabar con el hambre en 15 años, y lo podemos lograr?
La respuesta corta es sí. Podemos terminar con el hambre en el mundo en el 2030 y además, sabemos qué estrategias utilizar. De hecho ya estamos en camino y lo hemos estado recorriendo desde hace varias décadas. Desde 1900-92, el número de personas que sufren de hambre en el mundo se ha reducido a 216 millones, a pesar de un aumento de la población mundial de más de dos millones de habitantes. La nutrición infantil y la salud están mejorando; también hay una disminución del 40 por ciento en el retraso del crecimiento infantil en los últimos 25 años. Las instituciones de investigación, líderes mundiales y los responsables políticos, están de acuerdo con acabar con el hambre en este plazo y saben que es una meta alcanzable. ¿Entonces qué hace falta para concretizar el objetivo?
Se necesita del compromiso global. Se necesita voluntad política. También se requiere de sensibilidad y un proceso de desarrollo inclusivo, empezandopor la comunidad.
Socios THP-México presentan la visión para el futuro que han proyectado para su comunidad en Oaxaca.
La mayoría de personas que padecen hambre en el mundo son agricultores de alimentos a pequeña escala que viven en zonas rurales bastante alejadas, y la mayoría de estas poblaciones son mujeres. Estas personas no tienen acceso suficiente a alimentos nutritivos ni a los servicios humanos básicos. Muchos viven en sociedades con ideas patriarcales imperantes, lo que influye en la mentalidad de resignación e impotencia.
Terminar con el hambre requiere abordar todos estos temas juntos y empoderar a las comunidades rurales para que se hagan cargo de su propio desarrollo en todos los sectores. Dichas cuestiones son las que realmente repercuten en la vida cotidiana de las personas como el agua, la salud, educación primaria, alimentos nutritivos, seguridad básica y justicia social. Esto no será resuelto por expertos en política en Ginebra, Washington o Nueva York. Estas cuestiones se tienen que solucionar de manera local, con los miembros de la comunidad como líderes y guiando este cambio. Este tipo de desarrollo es fundamental para acabar con el hambre en 2030.
Familia de agricultores en San Luis Potosí enseña la cosecha de su huerto.
Losprogramas sectoriales, que apenas contemplan a uno o algunas de estas dimensiones del hambre están siendo insuficientes;paraerradicar el hambre se requiereun enfoque integrado que incluye programas sobre nutrición, educación, empoderamiento de las mujeres , salud y el desarrollo agrícola, así como sistemas de protección social que se centren en personas en situación de pobreza o inseguridad alimentaria. Para que sean eficaces y sostenibles, los enfoques deben combinar la acción en todos estos ámbitos para abordar las causas subyacentes del hambre.
En 24.000 comunidades en África, América Latina y Asia del Sur, The Hunger Project ha visto a mujeres y hombres salir de una situación de pobreza y vencer el hambre a través de programas impulsados localmente.
Mujeres trabajan en la construcción de un baño ecológico diseñado por ellas en la comunidad Tzotzil de Catishtic, Chiapas.
La estrategia base de The Hunger Project, por ejemplo, demuestra la eficacia de un enfoque integrado y dirigido por la comunidad, que se centra en capacitar a los miembros de las comunidades a tomar medidas en las áreas de salud, seguridad alimentaria, educación, el ingreso familiar y el gobierno local. Esos líderes entrenados, a su vez, están movilizando a millones de personas a hacer lo mismo. A través de esta estrategia, más de 100 grupos de pueblos han puesto en marcha proyectos a nivel de sus comunidades para generar ingresos propios y construir escuelas, instalaciones de almacenamiento de alimentos y enfermerías para garantizar el fácil acceso a la atención médica. Las mujeres, que son fundamentales para acabar con el hambre, asisten a talleres de empoderamiento y cursos de capacitación técnica, que permiten la transformación de su papel en la familia, la superación de normas tradicionales de género y una mejor prestación para su familia.
Acabar con el hambre nos obliga a lidiar con problemas muy humanostales como el patriarcado, la falta de poder, la falta de oportunidades, la resignación y laimpotenciaque mantienen el hambre en su lugar. Acabar con el hambre es posible técnicamente, pero el hambre no es fundamentalmente una cuestión técnica, es una cuestión humana.
Asa Skogstrom Feldt es Presidenta y CEO de The Hunger Project.
El Objetivo de Desarrollo Sostenible Número 2 (ODS #2) define como metas acabar con el hambre, logrando seguridad alimentaria, mejorando la nutrición y la promoción de la agricultura sostenible.
Éste objetivo, o más bien objetivos, son verdaderos desafíos, especialmente cuando se toma en cuenta el poco tiempo que falta para llegar al 2030, que es el plazo para lograrlos. Entonces, ¿Qué hace falta para acabar con el hambre en 15 años, y lo podemos lograr?
La respuesta corta es sí. Podemos terminar con el hambre en el mundo en el 2030 y además, sabemos qué estrategias utilizar. De hecho ya estamos en camino y lo hemos estado recorriendo desde hace varias décadas.
Desde 1900-92, el número de personas que sufren de hambre en el mundo se ha reducido a 216 millones, a pesar de un aumento de la población mundial de más de dos millones de habitantes. La nutrición infantil y la salud están mejorando; también hay una disminución del 40 por ciento en el retraso del crecimiento infantil en los últimos 25 años. Las instituciones de investigación, líderes mundiales y los responsables políticos, están de acuerdo con acabar con el hambre en este plazo y saben que es una meta alcanzable. ¿Entonces qué hace falta para concretizar el objetivo?
Se necesita del compromiso global. Se necesita voluntad política. También se requiere de sensibilidad y un proceso de desarrollo inclusivo, empezando por la comunidad.
La mayoría de personas que padecen hambre en el mundo son agricultores de alimentos a pequeña escala que viven en zonas rurales bastante alejadas, y la mayoría de estas poblaciones son mujeres. Estas personas no tienen acceso suficiente a alimentos nutritivos ni a los servicios humanos básicos. Muchos viven en sociedades con ideas patriarcales imperantes, lo que influye en la mentalidad de resignación e impotencia.
Terminar con el hambre requiere abordar todos estos temas juntos y empoderar a las comunidades rurales para que se hagan cargo de su propio desarrollo en todos los sectores. Dichas cuestiones son las que realmente repercuten en la vida cotidiana de las personas como el agua, la salud, educación primaria, alimentos nutritivos, seguridad básica y justicia social. Esto no será resuelto por expertos en política en Ginebra, Washington o Nueva York. Estas cuestiones se tienen que solucionar de manera local, con los miembros de la comunidad como líderes y guiando este cambio. Este tipo de desarrollo es fundamental para acabar con el hambre en 2030.
Los programas sectoriales, que apenas contemplan a uno o algunas de estas dimensiones del hambre están siendo insuficientes; para erradicar el hambre se requiere un enfoque integrado que incluye programas sobre nutrición, educación, empoderamiento de las mujeres , salud y el desarrollo agrícola, así como sistemas de protección social que se centren en personas en situación de pobreza o inseguridad alimentaria. Para que sean eficaces y sostenibles, los enfoques deben combinar la acción en todos estos ámbitos para abordar las causas subyacentes del hambre.
En 24.000 comunidades en África, América Latina y Asia del Sur, The Hunger Project ha visto a mujeres y hombres salir de una situación de pobreza y vencer el hambre a través de programas impulsados localmente.
La estrategia base de The Hunger Project, por ejemplo, demuestra la eficacia de un enfoque integrado y dirigido por la comunidad, que se centra en capacitar a los miembros de las comunidades a tomar medidas en las áreas de salud, seguridad alimentaria, educación, el ingreso familiar y el gobierno local. Esos líderes entrenados, a su vez, están movilizando a millones de personas a hacer lo mismo. A través de esta estrategia, más de 100 grupos de pueblos han puesto en marcha proyectos a nivel de sus comunidades para generar ingresos propios y construir escuelas, instalaciones de almacenamiento de alimentos y enfermerías para garantizar el fácil acceso a la atención médica. Las mujeres, que son fundamentales para acabar con el hambre, asisten a talleres de empoderamiento y cursos de capacitación técnica, que permiten la transformación de su papel en la familia, la superación de normas tradicionales de género y una mejor prestación para su familia.
Acabar con el hambre nos obliga a lidiar con problemas muy humanos tales como el patriarcado, la falta de poder, la falta de oportunidades, la resignación y la impotencia que mantienen el hambre en su lugar. Acabar con el hambre es posible técnicamente, pero el hambre no es fundamentalmente una cuestión técnica, es una cuestión humana.
Asa Skogstrom Feldt es Presidenta y CEO de The Hunger Project.
Este artículo fue originalmente publicado en The Huffington Post y se puede leer aquí: Can We End Hunger in the Next 15 Years?
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